Los medicamentos falsificados pueden provocar fracasos terapéuticos o incluso la muerte.
Medicamentos falsificados. Una realidad.
Creciente preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organismos internacionales por la presencia en el mercado de medicamentos falsificados.
Se ha verificado que el 50% de
los medicamentos comprados a través de Internet, de Web ilegales, son falsos.
También se ha detectado la presencia de medicamentos falsificados en la cadena
de suministro oficial. Países de la UE, y entre ellos España, a través de la
Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios, dispone de programas de
control, como es el caso de la Estrategia frente a medicamentos falsificados 2012-2015.
En la mayoría de los países
industrializados con sistemas de control del mercado (Canadá, Japón, Estados
Unidos, Australia, la mayor parte de la Unión Europea), la incidencia de
medicamentos falsificados es baja, pero existente. En otros países como los países
africanos, zonas de Asia y Sudamérica, un porcentaje bastante más elevado de
los medicamentos que se comercializan pueden ser falsificados.
Se falsifican toda clase de
medicamentos, tanto de marca como genéricos. La falsificación abarca desde
medicamentos para tratar enfermedades que ponen en peligro la vida hasta
medicamentos genéricos poco costosos, como analgésicos y antihistamínicos. Ejemplos
de medicamentos objeto de falsificación son Avastin (para el cáncer), Viagra y
cialis (disfunción eréctil), Viread y zidolam-N (tratamiento del SIDA/VIH), Alli
(tratamiento para perder peso), Antidiabéticos y Antipalúdicos.
Los medicamentos falsificados son
un problema de salud pública, porque su contenido puede ser peligroso (presencia
de sustancias tóxicas peligrosas) o por la ausencia de principios activos. Las
consecuencias de su uso pueden ser el fracaso terapéutico, o incluso la muerte.
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